"Yo les doy la vida eterna, nadie las arrancará de la mano de mi Padre".
  • Inicio
  • Salas de Oración
  • Oraciones en Vivo
  • Cons. al Inm. Corazón de María
  • Mariología
  • Oraciones Varias
  • Promesas, Beneficios y Bendiciones S.R
  • Cuaresma
  • Adviento
  • Reflexiones al Sagrado Corazón
  • Programación
  • Lecturas Diarias
  • Santoral del Día
  • Tiempo Litúrgico
  • Reflexiones
  • Peticiones
  • Noticias
  • Rosario Viviente ULRA
  • Testimonios
  • Contacto RMCO
  • Hugo Jorquera Director
  • Adoración Eucarística
  • Espiritu Santo

Si recordáis la genealogía de Jesús que leímos el pasado martes, veréis que son los varones quienes “engendran”. En ocasiones se cita a la mujer “de quien” se engendra pero la iniciativa la lleva el varón. Es el modo cultural de aquella época. No se trata aquí de valorarlo. Sólo caer en cuenta de que ese era el modo habitual de entender el mundo y el ser humano. La excepción es que al llegar a José, no dice Mateo que engendró a Jesús de María, sino que de ella, esposa de José, nació Jesús. Curiosamente, en esta mentalidad, cuando una pareja no tenía hijos, la esterilidad “sólo” podía provenir de la mujer.

Seguro que recordamos muchas mujeres estériles a lo largo del AT. El Libro de los Jueces hoy recuerda a la esposa de Manoj (ni siquiera nos dice el nombre), madre de Sansón. Y el evangelio, siguiendo esta tradición, nos recuerda a Isabel y Zacarías.

No deja de sorprenderme que, en este contexto y con esta mentalidad, cuando Dios actúa para dar vida, no comienza por el varón; comienza por la mujer. Son ellas, las estériles que Dios elige, las que llevan la iniciativa, en contra de la mentalidad del momento. Y son ellos, sus esposos, los que tienen que hacer todo un proceso de fe, confianza, madurez y respeto, para acompañarlas en el engendramiento.

Y la historia se repite:

- Dios habla, porque Dios mira, se compadece y elige: tú, estéril, concebirás y darás vida.

- La mujer acoge, con temor y temblor, pero con la alegría de quien ama.

- El hombre escucha a su esposa… y calla. De una manera u otra, calla. Necesita silencio y tiempo para reaccionar. Y sobre todo para hacer suyo el fruto que no viene de su poder.

Y esta es también nuestra historia, la historia de la humanidad y de cada uno de nosotros. Cuando interviene Dios no elige a quien lleva la iniciativa; comienza por el estéril que sigue confiando y escucha. Y desde ahí, arrastramos con silencio y tiempo a la parte más fuerte que se creía autosuficiente. Y juntos, -¡aquí está el milagro!-, crece la vida: el fruto es bendecido por Dios y con la nueva vida somos bendecidos todos.

Tercera semana de adviento

« Brotará un renuevo del tronco de Jesé y la gloria del Señor llenará toda la tierra. Todos los hombres verán la salvación de Dios. » (Antífona de Entrada, Cf. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6)

« El ángel dijo a María: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. » (Antífona de Comunión, Lc 1, 31)

Reflexión

« Los pastores "se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho" (Lc 2, 17).

Al igual que los pastores, también nosotros hemos de sentir en esta noche extraordinaria el deseo de comunicar a los demás la alegría del encuentro con este "Niño envuelto en pañales", en el cual se revela el poder salvador del Omnipotente. No podemos limitarnos a contemplar extasiados al Mesías que yace en el pesebre, olvidando el compromiso de ser sus testigos.

Hemos de volver de prisa a nuestro camino. Debemos volver gozosos de la gruta de Belén para contar por doquier el prodigio del que hemos sido testigos. ¡Hemos encontrado la luz y la vida! En Él se nos ha dado el amor. (Misa de Medianoche, Homilía de S.S. Juan Pablo Navidad, 24 de diciembre de 2001).

Oración

Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se encarnase en el seno de María, siempre Virgen; escucha nuestras súplicas y que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Adviento. 3ª semana. Jueves

VIGILANTES ANTE LA LLEGADA DEL SEÑOR

— El Señor nos invita a estar en vela. Vigilar es amar. «Ven, Señor Jesús».

— Nuestra vigilancia ha de estar en las cosas pequeñas de cada día. La oración diaria, el examen de conciencia, las pequeñas mortificaciones... nos mantienen en vela.

— Purificación interior.

I. El Señor viene con esplendor a visitar a su pueblo con la paz y a comunicarle la vida eterna.

Viene el Señor a visitarnos, a traernos la paz, a darnos la vida eterna prometida. Y ha de encontrarnos como el siervo diligente que no se duerme durante la ausencia de su amo, sino que cuando vuelve su señor lo encuentra en su puesto, entregado a la tarea.

Lo que a vosotros os digo, a todos lo digo: ¡velad!. Son palabras dirigidas a todos los hombres de todos los tiempos. Son palabras del Señor dirigidas a cada uno de nosotros, porque los hombres tendemos a la somnolencia y al aburguesamiento. No podemos permitir que se ofusquen nuestros corazones con la glotonería y la embriaguez, y las preocupaciones de esta vida, y perder así el sentido sobrenatural que debe animar todo cuanto hacemos.

El Señor viene a nosotros y debemos aguardar su llegada con espíritu vigilante, no asustados como quienes son sorprendidos en el mal, ni distraídos como aquellos que tienen el corazón puesto únicamente en los bienes de la tierra, sino atentos y alegres como quienes aguardan a una persona querida y largo tiempo esperada.

Vigilar es sobre todo amar. Puede haber dificultades para que nuestro amor se mantenga despierto: el egoísmo, la falta de mortificación y de templanza, amenazan siempre la llama que el Señor enciende una y otra vez en nuestro corazón. Por eso es preciso avivarla siempre, sacudir la rutina, luchar. San Pablo compara esta vigilia a la guardia que hace el soldado bien armado que no se deja sorprender.

Los primeros cristianos repetían con frecuencia y con amor la jaculatoria: «Ven, Señor Jesús». Y aquellos fieles, al ejercitar así la fe y el amor, encontraban la fuerza interior y el optimismo necesarios para el cumplimiento de los deberes familiares y sociales, y se desprendían interiormente de los bienes terrenos, con el señorío que da la esperanza en la vida eterna.

Para el cristiano que se ha mantenido en vela, ese encuentro con el Señor no llegará inesperadamente, no vendrá como ladrón en la noche, no habrá sorpresas, porque en cada día se habrán producido ya muchos encuentros con Él, llenos de amor y de confianza, en los Sacramentos y en los acontecimientos ordinarios de la jornada. Por eso la Iglesia reza: Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz que cuando vuelva en su gloria, al final de los tiempos, podamos alegrarnos de escuchar de sus labios la invitación a poseer el reino eterno.

II. Es necesario estar vigilantes contra los enemigos de Dios, pero también contra la complicidad que ofrecen nuestras malas inclinaciones: vigilad y orad para no caer en la tentación, porque si bien el espíritu está pronto, la carne es débil.

Estamos alerta cuando nos esforzamos por hacer mejor la oración personal, que aumenta los deseos de santidad y evita la tibieza, y cuando cuidamos la mortificación, que nos mantiene despiertos para las cosas de Dios. También reforzamos nuestra vigilancia mediante un delicado examen de conciencia, para que no nos ocurra lo que señala San Agustín, como dicho por el Señor: «Ahora, mientras te dedicas al mal, llegas a considerarte bueno, porque no te tomas la molestia de mirarte. Reprendes a los otros y no te fijas en ti mismo. Acusas a los demás y tú no te examinas. Los colocas a ellos delante de tus ojos y a ti te pones a tu espalda. Pues cuando me llegue a mí el turno de argüirte, haré todo lo contrario: te daré la vuelta y te pondré delante de ti mismo. Entonces te verás y llorarás».

Nuestra vigilancia ha de estar en las cosas pequeñas que llenan el día. «Ese modo sobrenatural de proceder es una verdadera táctica militar. —Sostienes la guerra –las luchas diarias de tu vida interior– en posiciones, que colocas lejos de los muros capitales de tu fortaleza.

»Y el enemigo acude allí: a tu pequeña mortificación, a tu oración habitual, a tu trabajo ordenado, a tu plan de vida: y es difícil que llegue a acercarse hasta los torreones, flacos para el asalto, de tu castillo. —Y si llega, llega sin eficacia».

Si consideramos en nuestro examen de conciencia «las pequeñas cosas de cada día», encontraremos el verdadero camino y las raíces de nuestros fallos en el amor a Dios. Las cosas pequeñas suelen ser antesala de las grandes.

Nuestra meditación diaria nos mantendrá vigilantes ante el enemigo que no duerme, y nos hará fuertes para sobrellevar y vencer tentaciones y dificultades. Y en esa meditación encontraremos los medios para combatir al hombre viejo, esas tendencias menos rectas que continúan latentes en nosotros.

Para conseguir esa necesaria purificación interior es precisa una constante mortificación de la memoria y de la imaginación, porque gracias a ella será posible eliminar del entendimiento los estorbos que nos impiden cumplir con plenitud la voluntad de Dios. Afinemos por tanto en pureza interior, durante estos días de espera de la Navidad, para recibir a Cristo con una mente limpia en la que, eliminado todo lo que va contra el camino o está fuera de él, no quede ya nada que no pertenezca al Señor: «Esa palabra acertada; el chiste que no salió de tu boca; la sonrisa amable para quien te molesta; aquel silencio ante la acusación injusta; tu bondadosa conversación con los cargantes y los inoportunos; el pasar por alto cada día, a las personas que conviven contigo, un detalle y otro fastidiosos e impertinentes... Esto, con perseverancia, sí que es sólida mortificación interior».

III. Esa purificación del alma por la mortificación interior no es algo meramente negativo. Ni se trata solo de evitar lo que esté en la frontera del pecado; por el contrario, consiste en saber privarse, por amor de Dios, de lo que sería lícito no privarse.

Esta mortificación, que tiende a purificar la mente de todo lo que no es de Dios, se dirige en primer lugar a librar la memoria de recuerdos que vayan en contra del camino que nos lleva al Cielo. Esos recuerdos pueden asaltarnos mientras trabajamos o descansamos e, incluso, mientras rezamos. Sin violencia, pero con prontitud, pondremos los medios para apartarlos, sabiendo hacer el esfuerzo necesario para que la mente vuelva a llenarse del amor y del deseo divino que dirige nuestro día de hoy.

Con la imaginación puede suceder algo parecido: que moleste inventando novelas de muy diversos tipos, urdiendo historias fantásticas que no sirven para nada. «Aleja de ti esos pensamientos inútiles que, por lo menos, te hacen perder el tiempo». También entonces hay que reaccionar con rapidez y volver serenamente a nuestra tarea ordinaria.

De todas formas, la purificación interior no se limita a vaciar el entendimiento de pensamientos inútiles. Va mucho más allá: la mortificación de las potencias nos abre el camino a la vida contemplativa, en las diversas circunstancias en las que Dios nos haya querido situar. Con ese silencio interior para todo lo que es contrario al querer de Dios, impropio de sus hijos, el alma se encuentra dispuesta al diálogo continuo e íntimo con Jesucristo, en el que la imaginación ayuda a la contemplación –por ejemplo, al contemplar el Evangelio o los misterios del Santo Rosario– y la memoria trae recuerdos de las maravillas que Dios ha hecho con nosotros y de sus bondades, que encenderán de gratitud el corazón y harán más ardiente el amor.

La liturgia de Adviento nos repite muchas veces este anuncio apremiante: El Señor está para llegar, y hay que prepararle un camino ancho, un corazón limpio. Crea en mí, ¡oh Dios!, un corazón puro, le pedimos. Y en nuestra oración hacemos hoy propósitos concretos de vaciar nuestro corazón de todo lo que no agrada al Señor, de purificarlo mediante la mortificación, y de llenarlo de amor a Dios con constantes muestras de afecto al Señor, como hicieron la Virgen Santísima y San José, con jaculatorias, actos de amor y de desagravio, con comuniones espirituales...

Muchas almas se beneficiarán también de este esfuerzo nuestro para preparar una morada digna al Salvador. Le podremos decir a muchos que nos acompañan por nuestros mismos senderos lo que expresa con sencillez aquella antigua copla popular: Yo sé de un camino llano / por donde se llega a Dios / con la Virgen de la mano.

A ella le pedimos que nuestra vida sea siempre, como pedía San Pablo a los primeros cristianos de Éfeso, un caminar en el amor

  • Dia 1
  • Dia 2
  • Dia 3
  • Día 1 Domingo de Adviento
  • Día 2 Lunes
  • Día 3 Martes
  • Día 4 Miercoles
  • Día 5 Jueves
  • Día 6 Viernes
  • Día 7 Sábado
  • Dia 8 -2 -Domingo de Adviento
  • Día 9 Lunes
  • Día 10 Martes
  • Día 11 Miercoles
  • Día 12 Jueves
  • Día 13 Viernes
  • Día 14 Sabado
  • Día 15- 3 -Domingo de Adviento
  • Día 16 Lunes
  • Día 17 Martes
  • Día 18 Miércoles
  • Día 19 Jueves
  • Día 20 Viernes
  • Día 21 Sabado
  • Día 22 - 4- Domingo de Adviento
  • Día 23 Lunes
  • Día 24 Martes
  • Día 25 Miercoles
  • Día 26 Jueves
  • Día 27 Viernes
  • Día 28 Sabado
  • 5 Domingo de Adviento
  • Día 29
  • Día 30
  • Dia 31
  • ORACIONES
  • Imagenes de Navida y año nuevo
  • Octava de Pascua

Lecturas del  Martes de la XI Semana del Tiempo Ordinario

Primera Lectura :

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (8,1-9):

 

Salmo : 

Sal 145,2.5-6.7.8-9a 

 

Evangelio :

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):

Flag Counter
Contador de visitas y estadísticas
Gracias por tu visita

Hora actual en
Santiago, Chile

Desde 16 oct 2011

Free counters!

BceP Incluir oración/solicitar Gadget
Aviso legal | Política de privacidad | Política de cookies | Mapa del sitio
© 2011-2026 RMCO en Chile
Inicia sesión Salir | Editar
  • Inicio
  • Salas de Oración
  • Oraciones en Vivo
  • Cons. al Inm. Corazón de María
    • Día 1-
    • Día 2 -
    • Día 3-
    • Día 4-
    • Día 5-
    • Día 6-
    • Día 7-
    • Día 8-
    • Día 9-
    • Día 10-
    • Día 11-
    • Día 12-
    • Día 13-
    • Día 14-
    • Día 15-
    • Día 16-
    • Día 17-
    • Día 18-
    • Día 19-
    • Día 20-
    • Día 21-
    • Día 22-
    • Día 23-
    • Día 24-
    • Día 25-
    • Día 26-
    • Día 27-
    • Día 28-
    • Día 29-
    • Día 30-
    • Día 31-
    • Día 32-
    • Día 33-
    • Consagración
  • Mariología
    • Mes de Mayo
      • Día 1
      • Día 2
      • Día 3
      • Día 4
      • Día 5
      • Día 6
      • Día 7
      • Día 8
      • Día 9
      • Día 10
      • Día 11
      • Día 12
      • Día 13
      • Día 14
      • Día 15
      • Día 16
      • Día 17
      • Día 18
      • Día 19
      • Día 20
      • Día 21
      • Día 22
      • Día 23
      • Día 24
      • Día 25
      • Día 26
      • Día 27
      • Día 28
      • Día 29
      • Día 30
      • Dia 31
    • Mes de María Chile
      • Día 1
      • Día 2
      • Día 3
      • Día 4
      • Dia 5
      • Día 6
      • Día 7
      • Día 8
      • Día 9
      • Día 10
      • Día 11
      • Día 12
      • Día 13
      • Día 14
      • Día 15
      • Día 16
      • Día 17
      • Día 18
      • Día 19
      • Día 20
      • Día 21
      • Día 22
      • Día 23
      • Día 24
      • Día 25
      • Día 26
      • Día 27
      • Día 28
      • Día 29
      • Día 30
      • Día 31
      • Día 32
      • Día 33
      • Día 34
      • Día 35
      • Triduo
      • Inmaculada Concepción
    • Novena Fatima
    • Novena Rosa Mística y Oraciones
    • Novena Virgen del Carmen
    • 33 Meditaciones de MPS
    • Novena de Maria Perpetuo Socorro
    • Novena Virgen Lourdes
    • Novena Medalla Milagrosa
    • Novena a Nuestra Señora de los Dolores
    • Novena Asunción Virgen Maria
    • Novena a la Virgen del Rosario
    • Novena Inmaculada Concepción
    • Novena Virgen de Guadalupe
    • Novena de Maria Auxiliadora
    • Novena Virgen Desatanudos
    • Novena Virgen Niña
    • Novena Dulce Nombre de Maria
    • Oraciones Marianas
    • Mes de Maria
  • Oraciones Varias
    • Enero
    • Febrero
    • Marzo
    • Abril
    • Mayo
    • Junio
    • Julio
    • Agosto
    • Septiembre
    • Octubre
    • Noviembre
    • Diciembre
    • Oraciones varias
  • Promesas, Beneficios y Bendiciones S.R
    • Promesas del Santo Rosario
    • Beneficios del Santo Rosario
    • Bendiciones del Santo Rosario
  • Cuaresma
    • Miercoles de ceniza
    • Jueves después de ceniza
    • Viernes después de ceniza
    • Sábado después de ceniza
    • PRIMER DOMINGO DE CUARESMA
    • Primer Lunes de Cuaresma
    • Primer Martes de Cuaresma
    • Primer Miercoles de Cuaresma
    • Primer Jueves de Cuaresma
    • Primer Viernes de Cuaresma
    • Primer Sábado de Cuaresma
    • SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
    • Segundo Lunes de Cuaresma
    • Segundo Martes de Cuaresma
    • Segundo Miércoles de Cuaresma
    • Segundo Jueves de Cuaresma
    • Segundo Viernes de Cuaresma
    • Segundo Sabado de Cuaresma
    • TERCER DOMINGO DE CUARESMA
    • Tercer Lunes de Cuaresma
    • Tercer Martes de Cuaresma
    • Tercer Miércoles de Cuaresma
    • Tercer Jueves de Cuaresma
    • Tercer Viernes de Cuaresma
    • Tercer Sábado de Cuaresma
    • CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
    • Cuarto Lunes de Cuaresma
    • Cuarto Martes de Cuaresma
    • Cuarto Miércoles de Cuaresma
    • Cuarto Jueves de Cuaresma
    • Cuarto Viernes de Cuaresma
    • Cuarto Sábado de Cuaresma
    • QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
    • Quinto Lunes de Cuaresma
    • Quinto Martes de Cuaresma
    • Quinto Miercoles de Cuaresma
    • Quinto Jueves de Cuaresma
    • Viernes de Dolores
    • Sábado de Dolores
    • DOMINGO DE RAMOS
    • Lunes Santo
    • Martes Santo
    • Miércoles Santo
    • Jueves Santo
    • Viernes Santo
    • Sábado de Gloria
    • DOMINGO DE RESURECCION
    • OCTAVA DE PASCUA
    • VIA CRUCIS
  • Adviento
    • Dia 1
    • Dia 2
    • Dia 3
    • Día 1 Domingo de Adviento
    • Día 2 Lunes
    • Día 3 Martes
    • Día 4 Miercoles
    • Día 5 Jueves
    • Día 6 Viernes
    • Día 7 Sábado
    • Dia 8 -2 -Domingo de Adviento
    • Día 9 Lunes
    • Día 10 Martes
    • Día 11 Miercoles
    • Día 12 Jueves
    • Día 13 Viernes
    • Día 14 Sabado
    • Día 15- 3 -Domingo de Adviento
    • Día 16 Lunes
    • Día 17 Martes
    • Día 18 Miércoles
    • Día 19 Jueves
    • Día 20 Viernes
    • Día 21 Sabado
    • Día 22 - 4- Domingo de Adviento
    • Día 23 Lunes
    • Día 24 Martes
    • Día 25 Miercoles
    • Día 26 Jueves
    • Día 27 Viernes
    • Día 28 Sabado
    • 5 Domingo de Adviento
    • Día 29
    • Día 30
    • Dia 31
    • ORACIONES
    • Imagenes de Navida y año nuevo
    • Octava de Pascua
  • Reflexiones al Sagrado Corazón
    • Día 1
    • Día 2
    • Día 3
    • Día 4
    • Día 5
    • Día 6
    • Día 7
    • Día 8
    • Día 9
    • Día 10
    • Día 11
    • Día 12
    • Día 13
    • Día 14
    • Día 15
    • Día 16
    • Día 17
    • Día 18
    • Día 19
    • Día 20
    • Día 21
    • Día 22
    • Día 23
    • Día 24
    • Día 25
    • Día 26
    • Día 27
    • Día 28
    • Día 29
    • Día 30
    • ORACIONES
  • Programación
  • Lecturas Diarias
  • Santoral del Día
    • 7 Domingos de San Jose
    • ORACIONES DE SAN JOSE
    • Santoral Enero
    • Santoral Febrero
    • Santoral Marzo
    • Santoral Abril
    • Santoral Mayo
    • Santoral Junio
    • Santoral Julio
    • Santoral Agosto
    • Santoral Septiembre
    • Santoral Octubre
    • Santoral Noviembre
    • Santoral Diciembre
    • Trisagio a la Divina Providencia
    • Novena San Benito
    • Novena Santa Marta y Oraciones
    • Novena Señora Santa Ana
    • Novena Divino Niño
    • Novena San Judas Tadeo
    • Novena San Martin de Porres
    • Novena Almas del Purgatorio
    • Novena San Jose
    • Novena Padre Pio
    • Novena San Fco de Asis
    • Novena San Antonio de Padua
    • Novena Santa Rita de Casia
    • Novena San Cayetano
    • Novena Santo Cura de Ars
    • Novena Santa Filomena
    • Novena Santa Monica
    • Novena Santa Lucia
    • Novena de Navidad
    • Exaltación de la Santa Cruz
    • San Miguel Arcángel
    • San Gabriel Arcángel
    • San Rafael Arcángel
    • Ángeles Custodios
    • Cristo Rey
    • Oraciones Varias Santos
  • Tiempo Litúrgico
    • Caminata de la Encarnación
    • Oraciones a la Divina Providencia
    • 40 Ave Marias las Benditas
    • Almas del Purgatorio
  • Reflexiones
  • Peticiones
  • Noticias
  • Rosario Viviente ULRA
    • Pequeño Manual del Rosario Viviente
    • Sacramentales
    • Casas Misioneras
  • Testimonios
  • Contacto RMCO
  • Hugo Jorquera Director
  • Adoración Eucarística
  • Espiritu Santo
    • Decenario
    • Dones del Espiritu Santo
    • Novena al Espíritu Santo
    • Frutos del Espíritu Santo
    • Carismas
    • Virtudes o Dones
    • Oraciones
Cerrar