Santa María, Reina de los Cielos Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Soberana del mundo que no abandonáis y no rechazáis a nadie. Enviad sobre mí ¡oh Señora mía! una mirada de misericordia y de ternura y obtenedme de Vuestro Hijo bien amado el perdón de todos mis pecados; a fin de que honorando en este mundo con un corazón devoto Vuestra Santa Inmaculada Concepción reciba un día la palma de la beatitud eterna de manos de aquel que habéis concebido, quedando siempre Virgen, Nuestro Señor Jesucristo que vive y reina con el Padre y el Santo Espíritu en la unidad perfecta, siendo Dios por los siglos de los siglos. Amén
¡oh mi Soberana escuchad mi plegaria y que me gritó llegue hasta Vos! bendigamos al Señor, demos gracias a Dios.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz así sea.