Día 2: María, Madre, tú que sabías de la angustia económica de una familia pobre: enséñame a amar la pobreza;
enséñame a desprenderme para ayudar a los pobres.
Te ofrezco: dar alguna limosna.
Cuando Jesús tuvo que sufrir, María sufrió con Él, cuando Jesús hizo su primer milagro en la vida pública, ella fue quien le animó a hacerlo
La Virgen María fue elegida por Dios para dar a luz a su hijo amado Jesús y criarlo. Al hacer esto, ella también cooperó en la salvación de todas las personas. Era una mujer profundamente religiosa, una mujer de oración que amaba a su hijo con todo su alma, y nos cuenta las escrituras que todas las cosas y enseñanzas de Jesús, ella las meditaba profundamente en su corazón.
Cuando Jesús tuvo que sufrir, María sufrió con Él, cuando Jesús hizo su primer milagro en la vida pública, ella fue la que le animó a hacerlo
Cuando Jesús estuvo en la cruz, padeciendo por nuestros pecados, Él le dijo a su discípulo amado Juan: "He allí a tu madre" (Juan 19,27). Con estas palabras, María se convirtió en madre de todos nosotros. Esto significa que todos podemos ser discípulos de Jesús.
La Virgen María está muy cerca de Jesús en el cielo. Podemos pedirle que ore por nosotros, lo que ella hace con gusto siempre por nuestra salvación
1.- Háblale a Jesús sobre María
Jesús mío, me gusta orar a María, tu Santa Madre, ella me enseña con su manera de vivir, a ser dócil a tu Palabra, a tomarla en serio, y a dejarse guiar por ella; pero también María se presenta como una servidora, como una que sale a ayudar a su prima Isabel, cuando esta la necesita.
Así quiero ser yo, mi Señor y mi Dios, quiero ser uno que es dócil a tu Palabra y que sale de sí a servir a los hermanos que tanto necesitan de Ti.
Gracias por darme la oportunidad de ver a María y de aprender de ella, gracias por su amor de Madre y por todas las bendiciones que a través de ella, nos has dado a nosotros que la amamos y la descubrimos como modelo de discípulo que Tú nos has llamado a seguir.
Confío en tu compañía y en tu Bendición Señor, gracias por todo lo bueno que me das por ayudarme a ser cada día un mejor ser humanos.
Cómo mi madre María, me uno a sus eternas palabras de entrega que hacen y harán eco en nuestra historia de salvación: Hágase en mí según tu Palabra. Amén
2.- Oración inicial
Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
"No tienen vino": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
"Hágan lo que Él les diga": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
"He aquí la esclava del Señor": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.
3.- Día 2: "María no pasa de largo"
Un muchacho, mientras está dándose un chapuzón en una playa, es arrastrado por una corriente; cuando se ve en peligro, grita: ¡mamá, mamá! Agita los brazos como puede, pidiendo auxilio.
Con dificultad, el joven logra sacar la cabeza y puede ver en la orilla a su madre, que pacíficamente broncea su piel en una hamaca. Su única esperanza es que su madre le oiga y haga lo que sea por rescatarle.
Vocea más y más; al fin, su madre oye los gritos que la llaman. Se incorpora y ve las circunstancias de su hijo, y se vuelve a tumbar mientras piensa: ¡con lo fría que está el agua, yo no me meto ni loca! ¡Otra vez, que no se meta tan adentro!
¡Increíble!, pensará quien lea este suceso; ¡Eso no es una madre, es un monstruo! Es tan increíble, efectivamente, que no es verdad. Sino es posible que una madre se porte así, menos posible es que grites a María: ¡Ayúdame!, y que Ella pase de largo.
Madre mía, perdona todas las veces que te he tratado con desconfianza, o como si no me escuchases, como si no fueses realmente mi madre. Sé que basta con que te diga una sola vez ¡Madre mía! para que no pares hasta conseguirme lo que necesito. Y si no me lo consigues es que de momento, no me conviene.
Ahora es el momento importante en el que tú hablas a Santa María con tus palabras
4.- Oración final
Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.
Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.
Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.
Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí.
Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús.
Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador". Amén.
Meditación: “Hágase en mi según Tu Palabra”. “El que haga la Voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3,35). María cumplió como nadie la Voluntad de Dios. Esto vale más que todos los demás dones suyos, sean cualidades humanas o gracias espirituales. Del mismo modo, por cumplir la Voluntad del Padre, Jesús sufre Su Pasión y Muerte, alcanzándonos la Redención.
Oración: ¡Oh María, Preciosísima, Cáliz de Amor!. Te ofrecemos nuestro corazón para que lo guardes junto a vos, uniéndolo al de tu Hijo Dios, como entrega de amor. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Prontitud y alegría para el trabajo, empezando por levantarme sin pereza y agradeciendo a Dios por un nuevo día.
Flor de manzano
MES DE MAYO
Día 2
Tú eres, María, la elegida del Señor. Él te ha elegido entre todas las mujeres de la tierra derramando en tu corazón el torrente de sus gracias. Y Tú permaneces ante Él pequeña, humilde, agradecida.
Tú correspondes a su amor de elección entregándole por entero tu vida, tu alma, tu corazón. Tú correspondes con un SÍ generoso, pleno, sin reservas.
Recuérdanos siempre que cada uno de nosotros hemos sido elegidos y llamados con amor por nuestro Padre Dios, para ser santos e irreprochables ante Él por el amor.
Alcánzanos las gracias necesarias para poder ascender hacia la santidad y salir victoriosos de los lazos que el Maligno nos tiende.
Ayúdanos como Madre a pronunciar cada día el Sí del amor, a permanecer
todos los días de nuestra vida en el amor de Jesús, que es el amor que
recibimos del Padre y el amor con que amamos a los hermanos.
Fruto: aspirar a la santidad
2 de Mayo
Hoy, imploramos tus cuidados de Madre en favor de las innumerables almas que viven en pecado mortal y, si no se convierten, se condenarán para siempre, según nos advirtió Jesús: “¡Qué espaciosa es la senda que lleva a la Condenación, y cuántos son los que van por ella…”. Madre Inmaculada, ya que eres esperanza de los desesperados, refugio de los pecadores, auxilio de los cristianos, consuelo de los afligidos… te suplicamos por esos endurecidos corazones; tú bien sabes quiénes son.
Obsequio.- Confesarnos prontamente si estamos en pecado mortal y evitarlos, para comenzar, durante el Mes de Mayo.
Día dos
I. La rosa del mes de mayo
1. Se divide la rosa en varias especies. La que florece en el mayo, y es propia de esta estación, es la que reúne en sí más cualidades de una verdadera flor. Fragancia, belleza, abundancia y variedad.
II. La caridad: amor de Dios
2. Dice la ley, amarás a Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con la plenitud de todas tus fuerzas. ¿Qué cosa es este amor?... Busquemos en el jardín de Dios esta fragantísima y hermosísima flor. El amor está en Dios como un fuego inmenso en su propio foco y elemento. Con el amor con que el Padre ama al Hijo, el Hijo nos ama a nosotros y con este mismo amor nosotros hemos de corresponder. Hemos de amar a Dios, porque es infinitamente amable... y todo cuanto se ama sin Dios, fuera de Dios, sin respeto a Dios y contra Dios, es un amor impuro. Siendo el amor de Dios la causa de cuanto amamos con amor puro y el móvil de todas las acciones buenas, no puede la caridad, en orden a este su primer objeto, ser mejor representada que por la reina de la flores, la rosa del mes de mayo. La bondad suma de Dios y su inmensa belleza atrae, eleva y roba todos los afectos del corazón humano con la suavísima fragancia de sus infinitas perfecciones y atributos.
III. El amor de Dios en María
3. María, asistida por la gracia y dones del Espíritu Santo desde su inmaculada concepción, amó con tal intensidad a Dios, que atrajo a su seno virginal con la fragancia suave y pura de esta flor mística al mismo Hijo de Dios, y el Hijo del Eterno no vaciló, aunque hija de Adán prevaricador, en tomarla por Madre.
IV. La rosa de olor a María
4. Nuestro corazón está fabricado para amar, y para amar un objeto infinito, inmenso y eterno, que reúne en sí cuantas perfecciones puede concebir nuestro débil entendimiento. El amor de Dios ¿está en el jardín de tu alma? Piénsalo bien: busca el rosal que brota en mayo, llenando de suave olor toda la comarca. Busca bien este rosal, ¿está en ti?... Míralo bien... Si no le hallares, aún tienes tiempo: marcha a María tu jardinera, y dile que le ponga, que le plante, que le riegue y que le cuide. ¿Amas? ¿qué amas? Donde está el amor, está el corazón; donde está el corazón, está toda la plenitud y fuerza de tus afectos; donde están éstos, está tu alma toda, tus pensamientos, tus potencias y sentidos. ¿Amas a Dios de todo tu corazón? Mira que sin este amor no puedes entrar en el cielo. Presentación de la rosa a María
ORACIÓN. Señora: Recibid en vuestras manos un ramillete de rosas del mes de mayo: aceptadle, es mi amor para con Dios mi Señor. Desde hoy, postrado al pie de este altar, yo os prometo, sí, lo tengo resuelto, amar con todos mis afetos a Dios. Yo me complazco de que Dios sea quien es, sumamente bueno... Sin él, y fuera de él, nada quiero amar.
Yo quiero lo que Dios quiere, yo aborrezco lo que Dios aborrece; la voluntad de Dios será la mía de hoy en adelante: así yo lo propongo.
DÍA 02
Señora mía, te amo y quisiera amarte más de lo que te han amado los santos de Ti más enamorados.
Quisiera, si en mí estuviese, hacer conocer a todos los que te ignoran, cuán digna eres de ser amada, para que todos te amasen y venerasen.
Amada Madre mía, recibe mis afectos, y no permitas que un siervo que te ama, vaya a ser por el pecado enemigo del Dios que tanto quieres. Amén.
Se divide la rosa en varias especies. La que florece en el mes de mayo, y es propia de esta estación, es la que reúne en sí más cualidades de una verdadera flor. Fragancia, belleza, abundancia y
variedad.
Dice la ley, amarás a Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con la plenitud de todas tus fuerzas. ¿Qué cosa es este amor?… Busquemos en el jardín de Dios
está fragantísima y hermosísima flor. El amor está en Dios como un fuego inmenso en su propio foco y elemento.
Día 2: María, Madre, tú que sabías de la angustia económica de una familia pobre: enséñame a amar
la pobreza; enséñame a desprenderme para ayudar a los pobres.
Te ofrezco: dar alguna limosna.
LOS OJOS DE MARÍA 2 DE MAYO
1.Saludo: ¡Ojos que no ven, corazón que no siente!, dice el viejo refrán. En María, esto no se cumplió. Vivió siempre con los ojos puestos en los planes que Dios tenía preparado para Ella. En Nazaret, con sus pupilas dilatadas, dijo que "sí". Que, estaba dispuesta, como un cheque en blanco para que Dios firmase cuando quisiera y como quisiera. En el crecimiento de Jesús, abrió bien los ojos para que, Jesús, anduviese por los caminos que conducían a Dios.
En el final de la vida de Jesús, aún con lágrimas, nunca el sollozo se antepuso a la altura con la que, María, encaró y vivió la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. Y es que, María, abrió los ojos para Dios y, además, le brindó todo su corazón. ¿Se puede esperar más por parte de Dios? ¿Pudo dar más una humilde nazarena que a sí misma? ¿Detrás de que corren nuestras miradas? ¿Vemos la profundidad de las cosas y de los acontecimientos o nos quedamos en la superficialidad? ¿Somos solidarios cuando contemplamos causas injustas que hacen sufrir? Presentamos, ante María, unas gafas. Que Dios nos ayude a no perderle de vista.
2.ORACIÓN
TUS OJOS, MARIA Son grandes, porque quedaron embelesados por el anuncio del Ángel
Están limpios, por las lágrimas de emoción en el Nacimiento de Cristo Son risueños, por la juventud y la hermosura de Aquella que los lleva Son inquietos, porque nunca se cansan de mirar al Hijo Están sanos, porque siempre miraron en la dirección adecuada
No tienen tensión, porque saben cerrarse ante Aquel que es descanso No tienen brizna alguna, porque Dios los cuida con amor de Padre
No están ciegos porque, al pie de la cruz, los mantuviste despiertos
No son insensibles, porque desde la cruz, Jesús los llamó a ver a los hombres como a sus hijos
No parpadean porque, ante la situación del mundo, saben que han de estar bien abiertos No huyen, porque ante el mal tiempo, han de ayudar a los demás a descubrir el horizonte