Día 3: María, Madre, tú que te olvidabas de ti para atender a los demás: enséñame a no estar siempre dándome
vueltas a mí y a mis cosas, y dejar de lado mis pequeños desánimos que hacen la vida desagradable a los demás.
Te ofrezco: vivir hoy más pendiente de ti repitiéndote alguna jaculatoria.
Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre.“Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.
Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.
No sólo los católicos reconocen a María como la Madre de Dios. Los cristianos ortodoxos orientales también honran a María como la Theotokos, la portadora de Dios o dadora de Dios. Incluso, los padres del protestantismo, Lutero y Calvino reconocieron que María era la Madre de Dios.
¿Por qué María es Madre de Dios?
Pues porque es la madre del Verbo divino Encarnado, la madre del Dios hecho hombre.
Numerosas Escrituras identifican a María como la madre de Jesús (Jua 2,1, Mateo 1,18,12,46). Puesto que Jesús es Dios (Juan 1.1), María debe ser reconocida como la que dio a luz a Dios en su vientre.
La Virgen María, por supuesto, no es la madre de la Trinidad ni de la naturaleza divina de Jesús. Sin embargo, la Palabra de Dios, hecha carne, fue el niño que ella concibió en su vientre y el niño a quien ella dio a luz.
La profecía de Isaías 7,14 se aplica a Jesús y María en Mateo 1,23. María es la virgen que da a luz a Emmanuel (Dios con nosotros).
Probablemente el más fuerte apoyo bíblico a María como Madre de Dios se encuentra en Lucas 1,43, donde Isabel habla de María como "Madre de mi Señor". La palabra griega para Señor usada aquí, "kyrios", fue usada como traducción de la palabra hebrea para el nombre personal de Dios, YHWH, hablada por los judíos como "Adonai" o "Señor". (Catecismo de la Iglesia Católica, N° 446)
1.- Háblale a Jesús sobre María
Jesús mío, me gusta orar a María, tu Santa Madre, ella me enseña con su manera de vivir, a ser dócil a tu Palabra, a tomarla en serio, y a dejarse guiar por ella; pero también María se presenta como una servidora, como una que sale a ayudar a su prima Isabel, cuando esta la necesita.
Así quiero ser yo, mi Señor y mi Dios, quiero ser uno que es dócil a tu Palabra y que sale de sí a servir a los hermanos que tanto necesitan de Ti.
Gracias por darme la oportunidad de ver a María y de aprender de ella, gracias por su amor de Madre y por todas las bendiciones que a través de ella, nos has dado a nosotros que la amamos y la descubrimos como modelo de discípulo que Tú nos has llamado a seguir.
Confío en tu compañía y en tu Bendición Señor, gracias por todo lo bueno que me das por ayudarme a ser cada día un mejor ser humanos.
Cómo mi madre María, me uno a sus eternas palabras de entrega que hacen y harán eco en nuestra historia de salvación: Hágase en mí según tu Palabra.Amén
2.- Oración inicial
Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
"No tienen vino": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
"Hágan lo que Él les diga": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
"He aquí la esclava del Señor": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.
3.- Día 3: Rezar el Rosario todos los días
En el año 1917 la Virgen de Fátima se apareció a tres pastorcitos, que estaban en una cueva, mientras su rebaño pastaba. Lucía, una de las pastoras, cuenta:
"La aparición no se realizó el día 13 de agosto en Cova de Iría porque el Administrador del Ayuntamiento apresó y llevó a Vila Nova de Ourem a los pastorcitos con la intención de obligarlas a revelar el secreto que les había dicho la Virgen que sólo podrían desvelar al Papa. Los tuvo presos en la Administración y en el calabozo municipal.
Les ofreció los más valiosos regalos si descubrían el secreto. Los pequeños videntes respondieron:
- No lo decimos ni aunque nos den el mundo entero.
Los encerró en el calabozo. Los otros presos que estaban en el calabozo les aconsejaron:
- Pero decid al administrador ese secreto ¿qué os importa que esa Señora no quiera?
- ¡Eso no -respondió Jacinta-, prefiero morir antes que no hacer lo que nos ha dicho la Virgen!
Y los tres niños rezaron con los otros presos el rosario, delante de una medalla de Jacinta colgada de la pared.
El administrador, para atemorizarlos, mandó preparar una caldera de aceite hirviendo, en la cual amenazó asar a los pastorcitos si no hacían lo que les mandaba. Ellos, aunque pensaban que la cosa iba en serio, permanecieron firmes sin revelar nada".
Ni siquiera en esas circunstancias dejan de rezar el rosario porque la Virgen se lo ha pedido, y saben que le gusta.
Ojalá tú tampoco dejes de dar ese gusto a tu Madre: dile que todos los días de este mes tratarás de regalarte el rezar, al menos, un misterio del Rosario (un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria). Es muy fácil... y ¡cómo le gusta!
Ahora, si te parece, puedes comentar con María este propósito. Después termina con la oración final
4.- Oración final
Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.
Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.
Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.
Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí.
Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús.
Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador".Amén.
Flor de frambuesa
MES DE MAYO
Día 3
“Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone en el Señor su confianza. Será como un árbol plantado junto al agua, que alarga hacia la corriente sus raíces; nada teme cuando llega el calor, su follaje se conserva verde; en año de sequía no se inquieta ni deja de dar fruto” Jer 17, 7-8
Tú eres, oh María, la criatura que confía plenamente en el amor del Padre. Eres la Virgen que confía en la misiva que el Arcángel te acerca de parte de Dios. Y la Madre que confía en cada paso del Hijo Redentor, desde Belén hasta el Calvario.
Tú eres la Madre de la Confianza, modelo para nosotros de fe y de entrega a Dios. La que proclama y testimonia abiertamente que el Todopoderoso hace llegar su misericordia a su fieles de generación en generación.
Abre nuestros corazones a la confianza en Dios, en su amor y en su misericordia. Acrecienta como Madre en nosotros la semilla de la fe sembrada en nuestras almas por el santo bautismo.
Enséñanos a confiar en el Padre como el niño que se abandona en los brazos de su madre, seguros siempre de su ternura y de su providencia amorosa. Así haremos el recorrido de nuestra vida tomados de su mano, confortados por su amor y confiados en sus entrañas de misericordia.
Líbranos de caer en la tentación de confiar en los ídolos de creación humana que no pueden salvar, porque únicamente quien confía en el Señor no quedará jamás defraudado.
Fruto: La confianza en Dios
3 de Mayo
Hoy, depositamos en tus benditas manos los corazones indiferentes, indolentes y tibios; no en vano te llamamos Vaso insigne de devoción y Causa de nuestra Alegría. Alcanza para ellos el Fuego del Espíritu, el ardor del Amor y la intensa necesidad de conversión.
Obsequio.- Salir de la tibieza, a través de la oración y la lucha contra la pereza, aprovechando al máximo el tiempo.
Día tres
I. Rosa guirnalda
1. Entre otras muchas especies de rosas que en esta estación embellecen nuestros jardines, es una la rosa guirnalda. Es pequeñita, es verdad, pero encierra en su capullo ciento cincuenta hojas, y explota en ramilletes de veinte y más flores juntas, y se nos presenta este rosal adornado con tal abundancia de ramilletes, que sorprende y roba la vista del que le contempla. Pero le falta el olor y no puede tenerse de por sí; pero si se le presenta un círculo y cuidadosamente se le da dirección, le va llenando, y nos ofrece una magnfica y hermosa guirnalda adornada con millares de rosas .
II. El amor hacia los prójimos
2 El amor de nosotros mismos y de los prójimos es producido por el amor de Dios, depende de éste y procede de aquí. El rosal guirnalda, no pudiendo subsistir ni tenerse en pie por sí solo, corre el círculo del amor verdadero, puro , santo, casto, cual es el que está en Dios, y procede de Dios hacia nosotros, y de aquí se extiende, dentro del mismo círculo, hacia nuestros semejantes y a cuantas cosas están a nuestra vista, y a nuestro servicio y uso . Amamos en nosotros aquello mismo que Dios ama; y lo que Dios ama en nosotros es la formación de su imagen. Nos amamos con el mismo amor con que Dios nos ama, y con este mismo amor se nos manda amar a nuestros prójimos, y cuantas cosas se nos presentan amables . ¿Amas a Dios con el mismo amor con que Dios se ama a sí mismo? Si tu amor no es puro como lo es en su propio elemento , será impuro cuanto amarás: no te amarás a ti mismo, y perdida la regla y la forma del amor, tampoco amarás con amor puro y santo a tus prójimos, y a las cosas que están a tu ser - vicio, y serás impuro .
III. Amor de los prójimos en María
3. Al amor de María debe el mundo su salvación. Nos vio perdidos, buscó un salvador y le encontró, y nos le ofreció sacrificado sobre el ara de la cruz; y en este sacrificio ella quiso ser con su Hijo nuestra corredentora. Por este amor mereció el título de Madre común de todos los vivientes .
IV. La rosa guirnalda a María
4. ¿Tienes en orden el amor de ti mismo y de cuantas cosas se mueven alrededor de ti? Medítalo bien. Si quieres orden en el amor hacia las criaturas, ordena tu amor para con Dios. Si amas alguna cosa sin orden a Dios , sin Dios, fuera de Dios, y contra las órdenes de Dios, ese amor es una pasión que destruye tus rosales todos . Busca el rosal y los ramilletes de la rosa guirnalda, y si no le hallas, harás lo que los demás días: sin perder tiempo marcha a encontrar a la hermosa y amable jardinera, y pídele plante ese rosal; y tú coopera, ayúdala con santas resoluciones y buenos propósitos y dile...
Presentación de la rosa guirnalda a María
ORACIÓN. Señora: Yo me obligo, yo me comprometo, yo propongo amar bien, esto es, amar lo que la ley me manda amar. Yo quiero amar lo que en mí y en mis prójimos, y en las cosas que están a mi uso y servicio, Dios ama, y nada más. Lo que Dios ama, yo amo; lo que Dios aborrece, yo aborrezco en mí, en mis prójimos y en todas las demás criaturas . Aceptad, Señora, esta mi ofrenda, y presentadla a vuestro Hijo, fortificad y proporcionad mis propósitos y resoluciones .
Flor del 3 de mayo: Madre de Dios
Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios”. Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.
Ha llegado para nuestra dicha el mes de mayo, en el que el alma se llena de hermosura una hermosura aún mayor que la de la naturaleza. Los fieles abren sus corazones a María, le dan gracias por los dones que reciben incesantemente de Dios por su intercesión. Le confían sus preocupaciones, problemas y dificultades, le piden que los libre de ellos e imploran su protección. Las almas trabadas con los lazos del pecado y hundidas en el mal se arrepienten sinceramente de sus pecados, se liberan de sus antiguas ataduras y abandonan el mal: regresan, como árboles recién florecidos, a una esplendorosa vida nueva y piden misericordia, paciencia y energías para el camino…”
Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.
DÍA 03
Te agradezco, Madre mía, tantos bienes que me has regalado. Reina mía, ¡de cuántos peligros me has librado! ¡Cuántas luces y misericordias me has alcanzado de Dios! ¿Qué atenciones o qué beneficios has recibido de mí, para que así te empeñes en favorecerme? Sólo tu bondad es lo que te mueve.
Aunque diera por Ti mi sangre y mi vida, sería muy poco para lo que te debo, a Ti que me has librado de eterna muerte y por Ti he recobrado la gracia de Dios, como confío. Amén.
Dulzura de los ángeles,
alegría de los afligidos,
abogada de los cristianos,
Virgen Madre del Señor,
protégeme y sálvame
de los sufrimientos eternos.
María, purísimo incensario de oro,
que ha contenido a la Trinidad excelsa;
en ti se ha complacido el Padre,
ha habitado el Hijo,
y el Espíritu Santo,
que cubriéndote con su sombra,
Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos;
tú eres nuestra defensa ante Dios.
Extiende tu mano invencible
y aplasta a nuestros enemigos.
Manda a tus siervos el socorro del cielo.
El amor hacia los prójimos
El amor de nosotros mismos y de los prójimos es producido por el amor de Dios, depende de éste y procede de aquí. El rosal guirnalda, no pudiendo subsistir ni tenerse en pie por sí solo, corre el círculo del amor verdadero, puro , santo, casto, cual es el que está en Dios, y procede de Dios hacia nosotros, y de aquí se extiende, dentro del mismo círculo, hacia nuestros semejantes y a cuantas cosas están a nuestra vista, y a nuestro servicio y uso . Amamos en nosotros aquello mismo que Dios ama; y lo que Dios ama en nosotros es la formación de su imagen. Nos amamos con el mismo amor con que Dios nos ama, y con este mismo amor se nos manda amar a nuestros prójimos, y cuantas cosas se nos presentan amables.
¿Amas a Dios con el mismo amor con que Dios se ama a sí mismo? Si tu amor no es puro como lo es en su propio elemento , será impuro cuanto amarás: no te amarás a ti mismo, y per ida la regla y la forma del amor, tampoco amarás con amor puro y santo a tus prójimos, y a las cosas que están a tu servicio, y serás impuro .
Amor de los prójimos en María . Al amor de María debe el mundo su salvación. Nos vio perdidos, buscó un salvador y le encontró, y nos le ofrecio sacrificado sobre el ara de la cruz; y en este sacrificio ella quiso ser con su Hijo nuestra corredentora. Por este amor mereció el título de Madre común de todos los vivientes.
. La rosa guirnalda a María ¿Tienes en orden el amor de ti mismo y de cuantas cosas se mueven alrededor de ti? Medítalo bien. Si quieres orden en el amor hacia las criaturas, ordena tu amor para con Dios.
Si amas alguna cosa sin orden a Dios, sin Dios, fuera de Dios, y contra las órdenes de Dios, ese amor es una pasión que destruye tus rosales todos . Busca el rosal y los ramilletes de la rosa guirnalda, y si no le hallas, harás lo que los demás días: sin perder tiempo marcha a encontrar a la hermosa y amable jardinera, y pídele plante ese rosal; y tú coopera, ayúdala con santas resoluciones y buenos propósitos y dile... Presentación de la rosa guirnalda a María
ORACIÓN. Señora: Yo me obligo, yo me comprometo, yo propongo amar bien, esto es, amar lo que la ley me manda amar. Yo quiero amar lo que en mí y en mis prójimos, y en las cosas que están a mi uso y servicio, Dios ama, y nada más. Lo que Dios ama, yo amo; lo que Dios aborrece, yo aborrezco en mí, en mis prójimos y en todas las demás cria - turas. Aceptad, Señora, esta mi ofrenda, y presentadla a vuestro Hijo, fortificad y proporcionad mis propósitos y resoluciones .
Entre otras muchas especies de rosas que en esta estación embellecen nuestros jardines, está la rosa guirnalda. Es pequeñita, es verdad, pero encierra en su capullo ciento cincuenta hojas, y explota en ramilletes de veinte y más flores juntas, y se nos presenta este rosal adornado con tal abundancia de ramilletes, que sorprende y roba la vista del que le contempla.
El amor de nosotros mismos y de los prójimos es producido por el amor de Dios, depende de éste y procede de aquí. El rosal guirnalda, no pudiendo subsistir ni tenerse en pie por sí solo, corre el círculo del amor verdadero, puro, santo, casto, cual es el que está en Dios, y procede de Dios hacia nosotros, y de aquí se extiende, dentro del mismo círculo, hacia nuestros semejantes y a cuántas cosas están a nuestra vista, y a nuestro servicio y uso.
EL CORAZÓN DE MARÍA 3 DE MAYO
1.Saludo El corazón es el lugar donde, entre otros, guardamos los secretos más íntimos. Es en el corazón donde sufrimos y gozamos, donde disfrutamos y lloramos, desde donde odiamos o nos volcamos amando. El corazón de María, palpitando en medio de la Pascua, sigue rebosando alegría por la presencia de Jesús Resucitado. Pero, también es verdad que con el anuncio del anciano Simeón, la Virgen preparó su corazón a los contratiempos (en crueles espadas) que la vida y muerte de Jesús de Nazaret, le proporcionó. Una de las flores que más le gusta a nuestra Madre es, precisamente, el ofrecimiento de nuestro corazón para Dios.
Nunca como hoy tenemos tantas casas y, nunca como hoy, personas que viven sin techo. Nunca como hoy vivimos tan juntos y, nunca como hoy, marcados por la soledad. Nunca, como hoy, tan lleno de cosas y con la sensación de que nos falta algo. Pidamos a María que, en este mes de mayo, y animados por el espíritu pascual, pongamos el corazón en lo que hacemos y en lo que decimos. Pero, sobre todo, que en este mes de mayo inundemos nuestras entrañas con lo que fue grande y decisivo en María: JESUS. Todo ello lo representamos gráficamente con este corazón
2.ORACIÓN
TU CORAZÓN,MARÍA Rebosa agradecimiento.
Tu corazón, María, desborda de felicidad. Tu corazón, María, se siente engrandecido por la presencia de Dios Tu corazón,
María, ama incluso a aquellos que no te aman
¡Danos, María! Un corazón sencillo para acoger a Dios Un corazón noble para sincerarnos con El Un corazón alegre para sembrar la ilusión Un corazón desprendido para no mirarnos a nosotros mismos Un corazón conciliador, para no cerrarnos a los que nos rodean Y, si por lo que sea, ves que nuestros corazones están cerrados con potentes candados: ven a nuestro encuentro, María, y rompe los eslabones que nos impiden ser libres.