30 razones para amar al Sagrado Corazón de Jesús, para unir nuestros corazones al de Él y hacer crecer nuestro espíritu de caridad
Aunque el amor de Jesús por nosotros es inmenso, Él nos ha dado el libre albedrío para aceptarlo o rechazarlo. Él tomó forma humana para asumir los pecados de la Humanidad y ofrecernos una expiación por ellos.
Nuestro Señor también asumió nuestro sufrimiento, ¿cómo? Todo lo que necesitas hacer es mirar un Crucifijo como prueba de esto. Todo el castigo que nosotros merecíamos Él se lo tomó suyo en ese momento ¡Cargó con nuestras culpas!
De modo que, en el día de la fiesta del Sagrado Corazón, o en algún momento de este mes de junio, tómate algún tiempo, aunque sea sólo unos instantes, para meditar en el ardiente amor del Sagrado Corazón de Jesús por nosotros, tal vez delante del Santísimo Sacramento
San Alfonso María Ligorio dijo una vez:
"Cuán agradables son al Corazón de Jesús aquellos que le visitan a menudo, y que aman estar en su compañía en las Iglesias donde Él habita en Su Sacramento".
1.- Háblale al Sagrado Corazón de Jesús
Amado Corazón de Jesús, Tú Permaneces como mi amante fiel y eterno, aunque yo vaya dando tumbos por el camino del amor, tu amor. Quieres que yo dé mucho fruto, pero para eso debo vivir unido a Ti, unido a tu sacratísimo corazón y a tu Palabra que es la semilla que alimenta al mío.
Dame de tu fuerza, de tu coraje, de tu amor y de tu perdón. Necesito a diario esas cuatro cosas en mi vida para tener la dirección correcta. Quiero hacer de mi vida una vida de servicio, obrar bien por los míos y por mi prójimo, desvivirme por ellos como Tú lo hiciste por mí.
Al final de mis días eso es lo que contará, no mi prestigio, riqueza, poder o belleza. Sé que quieres que construya mi vida sobre el amor que brota de tu Sagrado Corazón, que permanezca siempre firme y lleno de tu bondad. Confío en que Tú me llevarás seguro con la fuerza sanadora que emerge de tu Corazón.
Confío en Ti, confío en tu amor, confío en que me ayudas y me regalas tu bendición en todos los momentos de mi vida.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero amarte con verdadero amor.
Amén
2.- Oración inicial
Sagrado Corazón de Jesús, necesito de tu fuerza que todo lo restaura, tu poder que sana y libera y conduce por nuevos caminos llenos de bendiciones.
Tú conoces lo que hay en mi corazón: quiero amarte y servirte, no porque sea un mandato, sino porque lo acepto como una petición de amor respetuosa y lleno de gozo por hacer tu voluntad, la cual, con ella siempre me diriges y quieres lo mejor para mí.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero seguir tus pasos, vivir lo que Tú mismo viviste, amar lo que Tú amas, despreciar el mal que te aleja de mí.
Te amo, creo en tus mandamientos, que no son otra cosa que peticiones de amor que brotan de tu sagrado corazón. Amén. Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.
Amén.
3.- Reflexión día 8: El escándalo roba almas a Dios
El corazón más dulce y más humilde de la tierra es el Corazón de Jesús. Pero este corazón divino no puede quedar indiferente frente a la ruina de tantas almas y es entonces cuando se conmueve y grita: ¡Ay, del mundo por los escándalos!
Jesús trabaja por la salvación de las almas; el escándalo roba las almas a Jesús para dárselas al demonio.
Jesús muere en la cruz para redimir a los pecadores; el escándalo hace estragos de la inocencia, destruye y arruina la obra de la redención.
Dice San Agustín que el escandaloso sufrirá tantos infiernos como las almas que él ha asesinado. Examínate bien.
La Magdalena fue escandalosa, pero reparó y llegó a ser santa. Haz tú lo mismo
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
4.- Oración final
Amantísimo Corazón de Jesús, de Ti provienen abundantes gracias, misericordia y perdón, defiendes a los oprimidos, ayudas a los más débiles, rescatas a los que son despreciados.
Una y otra vez intervienes en cada una de mis debilidades, me acoges, me perdonas y me invitas a convertirme de corazón.
Sagrado Corazón de Jesús, Tú lo sabes todo, Tú escudriñas la profundidad de nuestros corazones y ves nuestro interior, conoces mi debilidad.
Quiero aprender a perdonar y a pedir perdón, a reconocerme pecador y no juzgar a los demás, más bien acudo a Ti, que eres la fuente de la misericordia, para que pongas en mí la gracia de ser misericordioso.
Quiero sabe inyectar esperanzas en vez de condenas. Derrama tu amor en mi corazón para solidarizarme con todos. No permitas que sea indiferente ante las personas que necesitan de una palabra de consuelo.
Te suplico, Oh Dios mío, que extiendas tu mano en estos momentos sobre mis heridas y sánalas con tu inmenso amor. Eres el dueño de mi vida. Todo te lo entrego.
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.
Nota final: El Sagrado Corazón de Jesús quiere inspirar a los corazones de hombres y mujeres de nuestros días para que puedan estar fortalecidos ante los continuos ataques de antivalores de esta sociedad y además infundirles un gran deseo de llevar a cabo grandes obras de las que se creen ser incapaces de realizar.
El Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita María Alacoque:
"Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí"
Meditación: Jesús
que nos enviaste tu Santo Espíritu, que nos permitiste por Tu inmenso Amor ser templos del mismo Dios, para así vivir en Ti y recibir a la Divinidad en nuestra pobre casa, llenándola de gracias.
Que seamos vasijas de barro, purificadas por el Fuego ardiente de Dios, para que Sus dones se derramen en nuestras almas. ¡Oh que sublime posesión sería ésta, ser poseídos por el Espíritu Divino
que nos guía y renueva como verdadera Iglesia!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende
en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir
siempre si. Amén.
Florecilla:Pidamos
la efusión del Espíritu Santo sobre cada uno de nosotros y sobre toda la Iglesia.
"Ven, Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón
Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa, ven¨" (se repite tres veces).
Oración:
Amadísimo Jesús Redentor mío Tú que eres amor, invádeme
Tú que eres Santo, santifí ...came Tú
que eres Fuente viva, sáciame
Tú que eres Entrega, utilízame Tú que eres Presencia, utilízame
Tú que eres presencia, envuélveme Tú que eres Plenitud, lléname
Tú que eres Centro, céntrame en ti Rebósame de Ti y muéstrame tu rostro
Hazme capacidad Hazme silencio Hazme reflejo de tu Amor.
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
DÍA 8 - EL SAGRADO CORAZÓN, MODELO DE RECOGIMIENTO Y MODESTIA
I Que ves, alma Cristiana, en
la figura exterior de tu Divino Jesús? Ves el retrato más acabado del recogimiento y de la modestia Cristiana. Mírale bien y aprende de Él cómo has de ser en tu porte y maneras, si quieres hasta
en eso llevar el sello del Sagrado Corazón.
Su voz es quieta y sumisa, sus palabras prudentes y pocas, Su andar grave y mesurado, su mirada recogida y
bondadosa. El semblante de Jesús era tal, que inspiraba sentimientos de virtud a quien lo contemplaba, y era imposible verlo interiormente mejorado.
Sus enemigos nunca pudieron tacharle de ligereza y desenvoltura. Los que sin cesar buscaban por agarrarle la
palabra, jamás pudieron echarle en rostro una que fuese inconveniente. Su alegría era tan edificante como su austeridad; nadie le oyó ruidosas carcajadas, ni le vio desacompasados movimientos.
Todo su exterior era el reflejo de orden, paz, igualdad y armonía en su divino interior.
Dame a conocer ¡oh dulce Jesús! los suaves encantos de esta celestial virtud.
Medítese unos minutos.
II El rostro y los ademanes son
el espejo de lo que pasa en el corazón, por eso, llevo retratados en ellos la disipación y el desorden del mío.
¿Soy Cristiano o pagano? ¿Sirvo a Dios o al mundo su enemigo? Nadie creería lo primero, sino más bien lo segundo,
oyendo tal vez mis conversaciones, mirando mi modo de vestir, observando mis actitudes.
¿A qué tengo dedicados mis sentidos sino a culpables o por lo menos peligrosas tonterías? ¿Qué ley pongo a mis ojos,
para que no tropiecen con mil escollos para la honestidad? ¿Qué freno aplico a mi lengua, para que no hiera la reputación ajena o no se deslice en mil y mil superfluidades? ¿Qué muro he puesto a
mis oídos, para que no se vayan tras la curiosidad y mundanos pasatiempos? ¡Ah! que estos medios que se me han dado para servir con ellos a Dios y al prójimo, sólo los empleo yo, para que me
rinda y esclavice el mundo con todas sus vanidades.
¡Pobre corazón mío, abierto así sin el muro de la modestia a todos los embates del enemigo! ¡Pobre corazón, expuesto
así por mi culpa a todas las oleadas de este mar de corrupción!
Rodéalo, Señor, de esta preciosa virtud como de fortísima muralla, para que sea plaza cerrada e inexpugnable donde
sólo entres Tú, y nunca jamás tu enemigo.
Medítese, y pídase la gracia particular.
ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo, para hacerme digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
¡Mira que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy ignorante, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy frágil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer! Sé todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y convidaste cuando con tan tiernas palabras, dijiste repetidas veces en tu Evangelio:
Venid a Mí,… Aprended de Mí… Pedid, llamad…
A las puertas de tu Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave María y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
Día 8. Corazón de Jesús, en Quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Maestro bueno, Tú nos abres los más dilatados horizontes de santidad. Luz del mundo, Tú iluminas a todos los hombres con Tus palabras de Vida Eterna.
Nosotros, sedientos de la Verdad, hijos de la Luz, venimos a Ti, Fuente de las aguas. Concédenos ese Espíritu de Verdad, que el mundo no puede recibir.
Haz que brille nuestra luz en medio de los hombres. Ella nos guiará hasta Ti a través de este mundo tan atormentado por la duda, tan ciego para descubrir los caminos de su felicidad.
Ayúdanos a adquirir incansables la ciencia necesaria. Danos el don de Tu sabiduría. Líbranos de la fácil condescendencia con el conformismo ideológico y práctico que nos envuelve. Concédenos Tu fortaleza para rechazar la cobarde sugerencia de que para ser moderno hay que comportarse como los demás.
Queremos ser consecuentes con Tu doctrina. Tu Verdad nos hace libres del error y de la cobardía. No seremos sordos a Tus continuos llamamientos, mas prestos y diligentes para cumplir Tu santísima voluntad.
Corazón de Jesús, en Quien están escondidos todos los tesoros de sabiduría y ciencia.En Ti confiamos.
DÍA 8 (8 de junio): Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor Reflexión (21 de julio de 1985) “He aquí que el Corazón vivo del Redentor resucitado y glorificado, lleno de bondad y de amor": infinita y sobreabundantemente lleno. El rebosar del corazón humano alcanza en Cristo la medida divina. Así fue este Corazón ya durante los días de la vida terrena. Lo testimonia cuanto está narrado en el Evangelio. La plenitud del amor se manifiesta a través de la bondad: a través de la bondad irradiaba y se difundía sobre todos, en primer lugar sobre los que sufren y los pobres. Sobre todos según sus necesidades y expectativas más verdaderas. Así es el Corazón humano del Hijo de Dios, incluso después de la experiencia de la cruz y del sacrificio. Mejor dicho, todavía más: rebosante de amor y de bondad”. Propósito: Invitar a alguien de mi alrededor rezar juntos una oración.
Jaculatoria: EQUIDAD del Corazón de Jesús, reglad mi corazón.